En la política michoacana las cosas están cambiando. Aunque el PRD se mantiene como la primera fuerza política del estado, su dominio ha disminuido, mientras que el PAN está obteniendo cada vez mayor representatividad y el PRI ha pasado a un tercer término como consecuencia de una serie de malas decisiones y malos liderazgos.
Los cambios en la configuración política de la entidad se reflejan en un hecho novedoso como lo es el aumento en el interés de la población por el proceso interno que en el PAN se lleva a cabo para la renovación de su dirigencia estatal, el cual, sorpresivamente, ha resultado más interesante que el que sucede en el propio PRD.
Lo anterior tiene varias lecturas y es conveniente ponerlas sobre la mesa de discusión, puesto que es muy cierto que no todo lo que brilla es oro y los hechos que se dan a conocer a la luz pública encierran tras sí una serie de factores y acontecimientos que están fuera de la vista de la mayoría de los michoacanos.
Como era de esperarse, el proceso interno del partido del sol azteca inició con mucho interés por parte de los medios de comunicación. Los habituales golpeteos entre las tribus perredistas suelen llenar planas y planas de periódicos y minuto tras minuto en los espacios de radio y televisión. Pero de la misma forma que ocurrió con el anterior proceso interno del PRD, cuando Leonel Godoy fue electo candidato a gobernador, se hicieron esfuerzos denodados por alcanzar una candidatura de unidad, y para ello se pensó en una figura política de bajo perfil, para estar a la moda y para mantenerla acotada con la serie de compromisos que lleva a cuestas.
La elegida para esta tarea fue Fabiola Alanís Sámano, perredista radical de muchos años, que últimamente se moderó en su accionar con los cuantiosos ingresos que le redituaron sus encargos como funcionaria de la tristemente célebre administración de Lázaro Cárdenas Batel.Por ahí, algún indiscreto perredista soltó la versión de que Fabiola Alanís sería candidata de unidad cuando aún faltaban algunos amarres para hacerlo efectivo y eso entorpeció la operación que se llevaba a cabo desde los círculos más cercanos al entonces gobernador electo.
Ello provocó la inconformidad de la ex diputada local y federal, Ana Lilia Guillén Quiroz, experta en aquello de presionar y chantajear a su partido para obtener prebendas y cargos que la mantengan dentro de la nómina del servicio público. También se encrespó Francisco Zamudio y este fue seguido por algunos más.
Los negociadores de la unidad perredista midieron el peso político de cada uno de los contrarios y decidieron que por su incidencia mediática, era prioritario negociar con Guillén Quiroz. Así, la ex legisladora consiguió lo que quería y dejó solos en la contienda a otros aspirantes que no cuentan con el respaldo de las grandes corrientes ni con recursos humanos o económicos para hacer frente a la cargada perredista.
En el PRD la candidatura de unidad no se logró, pero son nulas las posibilidades de los otros aspirantes a competir, por mucho derecho y capacidad que tenga un candidato independiente, contra la cargada conformada por el Movimiento de Unidad Cardenista (MODUC), por la Alianza por la Unidad Democrática (AUD), por el Frente Democrático Cardenista (FDN), por Nueva Izquierda, por el Foro Nuevo Sol y algunos más.Después de eso, la prensa comprendió que la elección perredista no daba para más.
Se está jugando con dados marcados y aunque la participación puede ser muy baja, a pesar de que este 16 de marzo también se elegirá al líder nacional, esta vez el partido del sol azteca no está dando nota, lo que tal vez es mejor para ellos.
Por otro lado, en el PAN, que elige a su próximo dirigente estatal el próximo 15 de marzo, se han presentado una serie de circunstancias atípicas que han generado un inusitado interés en su proceso interno.Tal vez acostumbrados a no tener los reflectores sobre ellos en este tipo de contiendas internas, algunos panistas comenzaron el proceso con cierto desgarbo que ahora les está pesando.
Con el objetivo de cortarle el paso al secretario de la Función Pública del gobierno federal, Salvador Vega Casillas, a quien ven como posible aspirante a la gubernatura del estado en 2012 algunos grupos panistas, anteriormente diametralmente opuestos en cuanto a sus intereses políticos, se unieron en torno a la figura de Germán Tena Fernández. Creyeron que de esa forma asegurarían la permanencia del panismo tradicional, representado por Francisco Morelos, Salvador López Orduña, Luis Mejía Guzmán y Juan Luis Calderón Hinojosa, en la presidencia del Comité Directivo Estatal, aunque con varias concesiones a los neopanistas lidereados por Benigno Quezada Naranjo y Marko Cortés.
Por su parte, Miguel Ángel Chávez Zavala se registró como candidato a la dirigencia estatal del PAN en presencia de Salvador Vega y su esposa, la subdirectora de Verificación de la PROFECO, Gladis López Blanco, así como de más de 30 de los 89 consejeros estatales que tendrán derecho a voto.
Mientras que el grupo que apoya a Tena Fernández le apostó a aprovechar el abolengo panista de su candidato, así como el impacto que pudiera tener en la votación el ver unidos a grupos hasta hace poco irreconciliables, Chávez Zavala se ocupó de explotar su experiencia exitosa como formador de estructuras panistas en Michoacán, pero también en Guerrero y Tlaxcala, este último, en el que ahora el blanquiazul es gobierno.
Germán Tena se enfocó a dirigir su propuesta a los 89 consejeros estatales, pero principalmente a los 19 correspondientes a Morelia, pues a fin de cuentas constituyen casi la cuarta parte de la votación en la elección interna.Además, se había registrado pensando que sería candidato de unidad, y si no, al menos con una serie de amarres que le permitirían llegar a la sesión del Consejo Estatal con una amplia y definitiva ventaja.
Pero sorpresivamente apareció Miguel Ángel Chávez, quien, en contraparte, ha ocupado buena parte de su campaña en realizar visitas para exponer su proyecto a los consejeros y militantes de todo el estado. Asimismo, le apostó a tener una apertura total con los representantes de los medios de comunicación, lo que le ha redituado mediáticamente, poniéndolo como el candidato más conocido y posicionándolo en el ánimo de la sociedad michoacana.os.
Otra jugada que le salió bien a Chávez Zavala y que hoy lo pone a competir a la par con Tena Fernández es el hecho de haber solicitado a la actual dirigencia estatal del PAN la realización de un debate público, al que el segundo se negó, argumentando que no había tiempo y que un encuentro de este tipo podría generar confrontación entre los panistas.Hoy, la elección interna del PAN está reñida, competida y, por lo tanto, promete un resultado cerrado, lo que la ha vuelto sumamente interesante para los medios de comunicación y, por supuesto, para los michoacanos, porque el blanquiazul se acerca cada vez más a alcanzar su objetivo de gobernar la entidad.
La tradición dice que, cualquiera que sea el resultado, el candidato perdedor en el proceso panista levantará el brazo del ganador y se sumará a su proyecto. Hay quienes los quieren dividir y ahora es cuando deben demostrar cuán sólida es su formación institucional.Si la elección es transparente y el resultado claro, no sólo los panistas, sino también todos los michoacanos, se verán beneficiados.
Por el momento, la más agradecida de todas es Fabiola Alanís, quien ve con gusto como los reflectores están sobre sus próximos adversarios y no sobre el normalmente desaseado proceso interno del PRD.Pero habrá qué ver cuánto le dura el gusto, pues se aproximan las elecciones federales del 2009 y tal vez para entonces no le agrade tanto que la atención de los medios esté centrada en lo que hagan otros partidos