LA EJEMPLAR “DEMOCRACIA” DEL PRD

Se prepararon como nunca y terminaron como siempre, se jactaron de ser el único partido que hace procesos internos abiertos, se vanagloriaron de toda la parafernalia que armaron detrás de la elección de sus nuevos dirigentes y terminaron dando una exhibición de sus carencias de ética y de moral, pero también de su excesiva incongruencia entre el discurso y los hechos.
Así es el PRD. Para no variar, el proceso interno del sol azteca está dando aún más de qué hablar una vez que concluyó su jornada electoral que durante la etapa de proselitismo. Ninguno de los dos aspirantes más fuertes a la dirigencia nacional, especialmente Jesús Ortega, está conforme con las formas en las que se desarrolló el proceso y, por ende, con el resultado y existen razones de peso como para justificar una eventual anulación de la elección.
Este ejercicio “democrático” resultó ser un fiasco, una burla, una pantomima y un fraude, no sólo para los propios perredistas, sino para todos los mexicanos, en quienes recayó de manera indirecta el costo económico de todo este espectáculo que contó con la participación de actores cuya calidad moral está fuera de toda discusión, tal es el caso de Andrés López, Dolores Padierna, Jesús Bejarano, Marcelo Ebrard, Leonel Cota, Alejandra Barrales, Fernández Noroña y Graco Ramírez, entre muchos más.
Sólo hay que imaginar si así son y se comportan en sus procesos internos, en donde se supone que la lucha debe ser equitativa, fraterna, limpia, ejemplar, democrática, entonces cómo lo harán en las elecciones constitucionales donde los militantes del partido del sol azteca presumen que están compitiendo contra fuerzas políticas diametralmente opuestas a ellos y a los intereses del pueblo.Esta elección interna del PRD, en la que se renovarían desde dirigencias municipales y estatales hasta la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, estuvo plagada de vicios y de irregularidades.
Prácticas que antaño el perredismo le achacaba exclusivamente al PRI fueron ejecutadas y mejoradas por los operadores políticos de los candidatos a la dirigencia nacional.A pesar de que Leonel Cota, aún líder nacional del sol azteca, aseguró que los comicios fueron tranquilos y que no había motivo alguno para tan siquiera pensar en la anulación del proceso interno, la jornada electoral del pasado 16 de marzo fue tal vez la más sucia que se ha visto en la historia del Partido de la Revolución Democrática.
Cota Montaño cometió uno de los actos más criticados por los propios perredistas en este proceso interno. Se adelantó a los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) para dar por ganador a Alejandro Encinas, su candidato y candidato también del líder del perredismo radical e intolerante, Andrés Manuel López Obrador, cuando apenas se había contabilizado alrededor del 70 por ciento de los votos.Los acarreos, el embarazo, el robo y la quema de urnas, además de un padrón primeramente rasurado y posteriormente inflado, hechos de violencia, secuestros de funcionarios electorales, anomalías en la colocación de las casillas y el dispendio de recursos públicos, particularmente del Gobierno del Distrito Federal, destacaron entre las miles de incidencias reportadas por representantes de los aspirantes a los distintos cargos, por los encargados de la organización del proceso, por militantes, por ciudadanos ajenos a la elección y por representantes de los medios de comunicación.
Por mucho menos que eso, hace apenas unos años, se anuló aquella elección que tuvo que ganar en dos ocasiones la hoy gobernadora de Zacatecas, Amalia García, quien ahora está acusada de haber propiciado que fueran inflados los resultados a favor de Jesús Ortega en ese estado.
Como consecuencia de lo anterior, una vez más queda en entredicho la calidad moral de los líderes del sol azteca, sobre todo cuando ahora en su propio proceso interno se ven en la necesidad de exigir el famoso “voto por voto, casilla por casilla”, medida a la que los representantes de Alejandro Encinas, principalemente, se están oponiendo sistemáticamente.
Aunque se supone que la mayor parte del fraude se fraguó por parte del Gobierno del Distrito Federal, y por ende por Marcelo Ebrard y López Obrador para favorecer a Alejandro Encinas, en la capital de la República Dolores Padierna acusa al grupo de Jesús Ortega de haber propiciado la contabilización de casillas inexistentes y la desaparición de otras.
Al mismo tiempo, el esposo de la lideresa perredista, Jesús Bejarano, recordado como “el señor de las ligas”, es acusado de estar involucrado, a través de su grupo, en la quema de paquetería electoral en Durango, así como en el secuestro de algunos de los responsables del conteo en Tamaulipas.Como resultado de todas las anomalías registradas ya se habla de la posible anulación del proceso en el Distrito Federal, pero también puede ocurrir lo mismo en más de ocho estados, entre ellos Durango, donde se destruyó la elección y fue asaltado el candidato a la dirigencia estatal de la Izquierda Democrática Nacional (IDN) y Veracruz, en donde el 25 por ciento de las casillas no se instaló y se reportaron acarreos, robo de urnas y se anuló la elección en varios municipios por la enorme cantidad de anomalías.
Asimismo, están en riesgo de ser anuladas las elecciones en Campeche, en donde los hechos violentos fueron el común denominador; Tamaulipas, en donde se reportó el embarazo de urnas, al igual que sucedió en Chiapas y en Guerrero, estado en el que se dieron prácticas vergonzosas como la inducción y compra del voto. Por si eso fuera poco, el caso del Distrito Federal fue registrado en video por algunos reporteros de medios nacionales, quienes captaron hechos como la compara de votos a favor de Encinas, cuyo valor osciló entre los 70 y 120 pesos, así como el fraude realizado en varias casillas donde la tinta indeleble era falsa, pues los votantes se la quitaban con limón y se volvían a formar en la fila.
Con todo esto no resulta raro que en una gran cantidad de casillas hubiera más votos que el número de electores registrados en las secciones.La lucha interna por el poder del PRD demostró la avidez y la falta de escrúpulos por parte del grupo de López Obrador, quien sabiendo que si queda fuera de la jugada en esta elección pocas posibilidades tendría de mantener el control del partido del sol azteca.
Así, si eventualmente se confirmara el triunfo de Encinas, anunciado “institucionalmente” por Leonel Cota, el “presidente legítimo” de México vería allanado el camino para seguir colocando en el poder a los integrantes de la corriente radical que encabeza, pero también para buscar su “reelección” en el 2012, que como ya se vio es una de las obsesiones del tabasqueño. Definitivamente el proceso interno del partido del sol azteca rebasó todas las expectativas y todos los pronósticos para una elección perredista, puesto que la descomposición al interior de ese partido está mucho peor de lo que cualquiera se hubiera podido imaginar.
Lo que se ha conocido en los medios de comunicación es sólo una pequeña muestra de todo lo que Realmente ocurrió y no extraña que los perredistas hayan salido divididos, sino al contrario, extrañaría que al término de toda esta parafernalia no hubiera fracturas y deserciones.
Muchos de los líderes del PRD, sean de la corriente que sea, han demostrado hasta el hartazgo su falta de ética, de moral y de escrúpulos, pero particularmente de la congruencia con la teoría que identifica a la izquierda como una corriente ideológica que busca la tolerancia y la inclusión, precisamente por su intolerancia y tendencia a la exclusión.
Hoy, a sólo algunos días de que se realizó la elección interna de ese instituto político, vemos a uno de los grupos, el encabezado por Jesús Ortega, exigiendo el famoso “voto por voto y casilla por casilla”, mientras que las huestes de su oponente Alejandro Encinas, que en su momento hicieron popular ese grito, ahora se niegan y buscan entorpecer los intentos por esclarecer muchas de las irregularidades.
Otro ejemplo de falta congruencia.Independientemente de cómo se resuelva este proceso, la legitimidad del próximo dirigente nacional del PRD será muy cuestionada, puesto que además de la falta de confiabilidad del padrón, y las múltiples irregularidades en el mismo, también tendrá que asumir que sólo habría sido electo por una muy pequeña parte de la militancia, ya que la votación ni siquiera alcanzó el 20 por ciento del total del padrón perredista.

Las sorpresas y no tantas de los procesos internos.

En la política michoacana las cosas están cambiando. Aunque el PRD se mantiene como la primera fuerza política del estado, su dominio ha disminuido, mientras que el PAN está obteniendo cada vez mayor representatividad y el PRI ha pasado a un tercer término como consecuencia de una serie de malas decisiones y malos liderazgos.
Los cambios en la configuración política de la entidad se reflejan en un hecho novedoso como lo es el aumento en el interés de la población por el proceso interno que en el PAN se lleva a cabo para la renovación de su dirigencia estatal, el cual, sorpresivamente, ha resultado más interesante que el que sucede en el propio PRD.
Lo anterior tiene varias lecturas y es conveniente ponerlas sobre la mesa de discusión, puesto que es muy cierto que no todo lo que brilla es oro y los hechos que se dan a conocer a la luz pública encierran tras sí una serie de factores y acontecimientos que están fuera de la vista de la mayoría de los michoacanos.
Como era de esperarse, el proceso interno del partido del sol azteca inició con mucho interés por parte de los medios de comunicación. Los habituales golpeteos entre las tribus perredistas suelen llenar planas y planas de periódicos y minuto tras minuto en los espacios de radio y televisión. Pero de la misma forma que ocurrió con el anterior proceso interno del PRD, cuando Leonel Godoy fue electo candidato a gobernador, se hicieron esfuerzos denodados por alcanzar una candidatura de unidad, y para ello se pensó en una figura política de bajo perfil, para estar a la moda y para mantenerla acotada con la serie de compromisos que lleva a cuestas.
La elegida para esta tarea fue Fabiola Alanís Sámano, perredista radical de muchos años, que últimamente se moderó en su accionar con los cuantiosos ingresos que le redituaron sus encargos como funcionaria de la tristemente célebre administración de Lázaro Cárdenas Batel.Por ahí, algún indiscreto perredista soltó la versión de que Fabiola Alanís sería candidata de unidad cuando aún faltaban algunos amarres para hacerlo efectivo y eso entorpeció la operación que se llevaba a cabo desde los círculos más cercanos al entonces gobernador electo.
Ello provocó la inconformidad de la ex diputada local y federal, Ana Lilia Guillén Quiroz, experta en aquello de presionar y chantajear a su partido para obtener prebendas y cargos que la mantengan dentro de la nómina del servicio público. También se encrespó Francisco Zamudio y este fue seguido por algunos más.
Los negociadores de la unidad perredista midieron el peso político de cada uno de los contrarios y decidieron que por su incidencia mediática, era prioritario negociar con Guillén Quiroz. Así, la ex legisladora consiguió lo que quería y dejó solos en la contienda a otros aspirantes que no cuentan con el respaldo de las grandes corrientes ni con recursos humanos o económicos para hacer frente a la cargada perredista.
En el PRD la candidatura de unidad no se logró, pero son nulas las posibilidades de los otros aspirantes a competir, por mucho derecho y capacidad que tenga un candidato independiente, contra la cargada conformada por el Movimiento de Unidad Cardenista (MODUC), por la Alianza por la Unidad Democrática (AUD), por el Frente Democrático Cardenista (FDN), por Nueva Izquierda, por el Foro Nuevo Sol y algunos más.Después de eso, la prensa comprendió que la elección perredista no daba para más.
Se está jugando con dados marcados y aunque la participación puede ser muy baja, a pesar de que este 16 de marzo también se elegirá al líder nacional, esta vez el partido del sol azteca no está dando nota, lo que tal vez es mejor para ellos.
Por otro lado, en el PAN, que elige a su próximo dirigente estatal el próximo 15 de marzo, se han presentado una serie de circunstancias atípicas que han generado un inusitado interés en su proceso interno.Tal vez acostumbrados a no tener los reflectores sobre ellos en este tipo de contiendas internas, algunos panistas comenzaron el proceso con cierto desgarbo que ahora les está pesando.
Con el objetivo de cortarle el paso al secretario de la Función Pública del gobierno federal, Salvador Vega Casillas, a quien ven como posible aspirante a la gubernatura del estado en 2012 algunos grupos panistas, anteriormente diametralmente opuestos en cuanto a sus intereses políticos, se unieron en torno a la figura de Germán Tena Fernández. Creyeron que de esa forma asegurarían la permanencia del panismo tradicional, representado por Francisco Morelos, Salvador López Orduña, Luis Mejía Guzmán y Juan Luis Calderón Hinojosa, en la presidencia del Comité Directivo Estatal, aunque con varias concesiones a los neopanistas lidereados por Benigno Quezada Naranjo y Marko Cortés.
Por su parte, Miguel Ángel Chávez Zavala se registró como candidato a la dirigencia estatal del PAN en presencia de Salvador Vega y su esposa, la subdirectora de Verificación de la PROFECO, Gladis López Blanco, así como de más de 30 de los 89 consejeros estatales que tendrán derecho a voto.
Mientras que el grupo que apoya a Tena Fernández le apostó a aprovechar el abolengo panista de su candidato, así como el impacto que pudiera tener en la votación el ver unidos a grupos hasta hace poco irreconciliables, Chávez Zavala se ocupó de explotar su experiencia exitosa como formador de estructuras panistas en Michoacán, pero también en Guerrero y Tlaxcala, este último, en el que ahora el blanquiazul es gobierno.
Germán Tena se enfocó a dirigir su propuesta a los 89 consejeros estatales, pero principalmente a los 19 correspondientes a Morelia, pues a fin de cuentas constituyen casi la cuarta parte de la votación en la elección interna.Además, se había registrado pensando que sería candidato de unidad, y si no, al menos con una serie de amarres que le permitirían llegar a la sesión del Consejo Estatal con una amplia y definitiva ventaja.
Pero sorpresivamente apareció Miguel Ángel Chávez, quien, en contraparte, ha ocupado buena parte de su campaña en realizar visitas para exponer su proyecto a los consejeros y militantes de todo el estado. Asimismo, le apostó a tener una apertura total con los representantes de los medios de comunicación, lo que le ha redituado mediáticamente, poniéndolo como el candidato más conocido y posicionándolo en el ánimo de la sociedad michoacana.os.
Otra jugada que le salió bien a Chávez Zavala y que hoy lo pone a competir a la par con Tena Fernández es el hecho de haber solicitado a la actual dirigencia estatal del PAN la realización de un debate público, al que el segundo se negó, argumentando que no había tiempo y que un encuentro de este tipo podría generar confrontación entre los panistas.Hoy, la elección interna del PAN está reñida, competida y, por lo tanto, promete un resultado cerrado, lo que la ha vuelto sumamente interesante para los medios de comunicación y, por supuesto, para los michoacanos, porque el blanquiazul se acerca cada vez más a alcanzar su objetivo de gobernar la entidad.
La tradición dice que, cualquiera que sea el resultado, el candidato perdedor en el proceso panista levantará el brazo del ganador y se sumará a su proyecto. Hay quienes los quieren dividir y ahora es cuando deben demostrar cuán sólida es su formación institucional.Si la elección es transparente y el resultado claro, no sólo los panistas, sino también todos los michoacanos, se verán beneficiados.
Por el momento, la más agradecida de todas es Fabiola Alanís, quien ve con gusto como los reflectores están sobre sus próximos adversarios y no sobre el normalmente desaseado proceso interno del PRD.Pero habrá qué ver cuánto le dura el gusto, pues se aproximan las elecciones federales del 2009 y tal vez para entonces no le agrade tanto que la atención de los medios esté centrada en lo que hagan otros partidos