Cuando comenzó la actual administración estatal de Leonel Godoy Rangel, líderes empresariales y dirigentes políticos llamaron, ante los primeros visos de problemas, a dar un plazo de gracia al nuevo gobierno estatal mientras daba resultados. El mismo jefe del Ejecutivo prefirió no crear excesivas expectativas en su gobierno al anunciar un gabinete de bajo perfil y que pondría en marcha planes de austeridad que derivarían en la aplicación limitada de recursos públicos en la entidad.
Ante los primeros problemas, como las huelgas de los sindicatos de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) y de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE), así como los enfrentamientos estudiantiles y la negativa para acreditar la Facultad de Medicina, pero también la agudización de la inseguridad y la radicalización del movimiento democrático magisterial, los miembros del nuevo gobierno perredista argumentaron que aún era poco el tiempo para evaluar su desempeño.
Así, a finales del mes pasado se cumplieron los 100 días que algunos de ellos pidieron y la evaluación prometida pasó de noche para la mayoría de los michoacanos. A los problemas antes mencionados se sumaron muchos más, como los asesinatos de un ex candidato a la presidencia municipal de Cherán, de un ex alcalde de Buenavista Tomatlán, de un presidente municipal en funciones de Villa Madero y de un síndico de Tuzantla, hasta ahora.
De acuerdo con la gente enterada del tema, muchos de estos problemas se han derivado de una política de control absoluto ejercida desde su arribo al gobierno del estado por Leonel Godoy. El hecho de haber nombrado a un gabinete de bajo perfil, que en los hechos ya demostró que el calificativo se le adjudicó atinadamente, fue la primera señal del mandatario estatal sobre su interés por manipular a su antojo a cada área del gobierno del estado.
Entre los errores más sonados en la designación de los nuevos funcionarios estatales destaca el nombramiento de la secretaria de Educación en el Estado, Aída Sagrero Hernández, pero no por ello opaca al fracaso de haber colocado como secretario de Gobierno al inexperto joven, Fidel Calderón Torreblanca, quien no ha sido un operador adecuado, ni con la agudeza, ni con el tacto, ni con la madurez necesarios para dar solución oportuna a la mayor parte de los conflictos que se han tenido durante la actual administración godoyista.
Los reclamos de los partidos políticos no se hicieron esperar desde los primeros días del nuevo gobierno. Sin hacer un gran esfuerzo, el PRI y el PAN han encontrado en el desempeño gubernamental un campo prolífico para la realización de señalamientos que en muchas ocasiones han puesto en jaque a toda la estructura del Ejecutivo Estatal. Incluso, en ocasiones se han dado el lujo de ser hasta benévolos.
Los dirigentes estatales del PRI, Mauricio Montoya Manzo, y del PAN, Germán Tena Fernández, tuvieron entre sus primeros reclamos del primer año de la actual administración la falta de tacto demostrada por el secretario de Gobierno, Fidel Calderón, y el secretario de Finanzas y Administración, Humberto Suárez López, que a la postre generaron problemas con el SPUM y el STASPE.
Mientras que el propio Godoy se ha merecido innumerables críticas por su empecinamiento al haber nombrado a la impopular Aída Sagrero para estar al frente de la Secretaría de Educación como parte del pago de facturas políticas a los antiguos líderes magisteriales, Raúl Morón Orozco y Juan Pérez Medina, lo que ha provocado la radicalización de las acciones del magisterio democrático encabezado ahora por el polémico Artemio Ortiz Hurtado.
Los severos cuestionamientos fueron desde los conflictos sindicales, hasta la advertencia de que un problema grave se avizoraba en Cherán. Llamado del tricolor que en su momento fue desoído por las autoridades estatales y que hoy se ha convertido en un asunto delicado que genera inestabilidad en la Meseta Purhépecha. No conforme con eso, el encargado de la política interna en Michoacán tampoco se percató a tiempo, o cuando menos no actuó oportunamente, de que la falta de recursos para obra convenida con los municipios causaba inconformidad entre los partidos de oposición. Por ese motivo, como nunca antes había ocurrido en la historia del estado, las dirigencias estatales del PRI y del PAN hicieron un frente común para denunciar una serie de anomalías financieras en el gobierno estatal.
Los acuerdos de obra convenida para los ayuntamientos no llegaban aún para el quinto mes del año, y siguen sin llegar, pero al inicio de su administración, Leonel Godoy anunció que este año no habría este tipo de obras y acciones con los municipios, ante la carencia de recursos y la implementación de su plan de austeridad.
En respuesta, los grupos parlamentarios del PAN y del PRI en el Congreso del Estado impulsaron un acuerdo para recordar al mandatario estatal que desde el año pasado en el que se aprobó el presupuesto de Michoacán para el 2008 se acordó una partida presupuestal de 1 mil 267 millones de pesos para obra convenida y lo exhortó a informar cuanto antes sobre la firma de los mencionados acuerdos.
Ante tal señalamiento, la administración estatal respondió que el presupuesto no establece la obligatoriedad del gobierno para acordar los mencionados recursos con los municipios, por lo que la mayor parte de ellos se acordarían más bien con la Federación y sólo quedarían 52 millones de pesos disponibles para los 113 ayuntamientos de Michoacán.
Sin embargo, Humberto Suárez explicó que con una serie de economías que se hacen en las entidades gubernamentales se lograría reunir una bolsa de 500 millones de pesos para convenir con los gobiernos municipales. Esto, independientemente de los millonarios recursos que se prevé convenir con el gobierno federal.
Al final, hace poco más de dos semanas el gobierno del estado anunció triunfante que gracias a la buena disposición del gobernador y al eficiente uso de los recursos públicos estatales, este año sería posible convenir más de 1 mil millones de pesos con los municipios michoacanos.
Lo que le faltó explicar, aclararon Mauricio Montoya y Germán Tena, fue que de los 1 mil millones sólo 300 serían aportados de manera directa por el gobierno estatal, puesto que en la cifra mencionada se contemplaba una aportación igual de los gobiernos municipales, más 100 millones de pesos para adquirir maquinaria en grandes cantidades y otros 100 millones de pesos para créditos, más alrededor de 225 millones de pesos de excedentes petroleros sobre los que hasta el momento no hay ninguna certeza.
En pocas palabras, los partidos políticos y sus ayuntamientos no se dejaron engañar tan fácilmente como se pretendía. De ahí que haya llamados de atención tan fuertes, tan tajantes y tan determinantes, que incluso han tenido eco en el Congreso del Estado.
El Ejecutivo Estatal fue lento en sus reacciones, y al final, los dirigentes estatales del PRI y del PAN terminaron siendo más que un simple dolor de cabeza, pues sus declaraciones, sumadas a algunos cuestionamientos hechos también por los líderes de Nueva Alianza, René Patiño Morelos; del PVEM, Arturo Guzmán Ábrego; y, hasta de su supuesto aliado del PT, Reginaldo Sandoval Flores, causaron preocupación en el gabinete godoyista.
La táctica de hacer oídos sordos a las críticas y de responder a los señalamientos en ruedas de prensa nocturnas no funcionó. Por eso fue que, después de una serie de descalabros y sinsabores, Leonel Godoy decidió hacer un cambio de estrategia, Pues no le bastó con tener un control absoluto sobre su gabinete, ya que no es lo mismo dominar a un grupo de bajos perfiles que a los presidentes estatales de los partidos de oposición.
Mientras que el gabinete estatal está maniatado y con la preocupación de permanecer prácticamente en el anonimato para no opacar lo que haga el gobernador, a los líderes de los partidos políticos de oposición el ganar notoriedad les viene bien, si es a costa del partido en el poder mejor y si la fuerza política gobernante les da razones y motivos, pues mucho mejor, porque hasta se dan el lujo de tener tema en medios para todos los días de la semana.
Es imposible tener el dominio sobre todos los actores políticos y sociales de un estado como Michoacán, que por siglos se ha caracterizado por su volatilidad, y Godoy Rangel empieza a darse cuenta de ello, por eso es que procura recomponer el rumbo y demanda a su novel secretario de Gobierno que tenga acercamientos con las diferentes fuerzas políticas con presencia en la entidad.
De ahí surge la famosa Mesa de Concertación Política, encabezada nominalmente por el titular del Ejecutivo Estatal, coordinada por el secretario de Gobierno, y conformada por los dirigentes de los partidos políticos con presencia en Michoacán, desde el PRD, hasta el PRI, el PAN, el PVEM, el PT, Convergencia, Nueva Alianza y hasta Alternativa, que ya no cuenta con el registro estatal, pero que cuenta con una delegación en la entidad.
Hace unos días se llevó a cabo la instalación de este grupo de trabajo, pero las reuniones formales comenzarán el próximo 8 de julio, para de ahí en adelante realizarse el primer lunes de cada mes.
La propuesta implica una apuesta interesante de todos los involucrados, puesto que, por su parte, Leonel Godoy intentará, sin duda alguna, tener un mayor control y conocimiento de lo que hacen y planean los partidos políticos, para contar con un mejor margen de conciliación y negociación que le ayude a evitar que los señalamientos públicos se hagan casi cotidianamente y que éstos siempre lo tomen por sorpresa ante la evidente falta de operación política del encargado del área.
Mientras tanto, para los partidos políticos la Mesa de Concertación abre la posibilidad de plantear más directamente sus inquietudes, y las de sus representantes populares y alcaldes, al mandatario estatal. Por un lado, podrían perder notoriedad en los medios de comunicación, en la medida que el gobierno estatal pueda ir respondiendo a sus demandas, pero por otro lado, ganan la posibilidad de lograr negociaciones más ventajosas sin perder pierden la posibilidad de amagar con la realización se señalamientos públicos.
Godoy, pretende extender su influencia hasta el área de competencia de las distintas fuerzas políticas, y tal vez podrá hacerlo con el PRD, el PT y Convergencia, que son sus aliados, pero con el resto de los partidos se ve difícil. Las cosas pintan como para que se configure un nuevo fracaso de esta ya no tan nueva administración estatal.